El proceso de cremación ha experimentado un notable aumento en aceptación y popularidad en todo el mundo, según datos recientes proporcionados por Grupo Alborada, una funeraria ubicada en Cuenca. Esta tendencia refleja una corrección de conceptos erróneos previamente arraigados y una mayor comprensión sobre la práctica de la cremación en diversas culturas y religiones.

La cremación, derivada de la palabra latina «cremo», que significa quemar un cadáver, implica la incineración del cuerpo humano en un horno crematorio a una temperatura de alrededor de 1.000 grados centígrados. Este proceso automatizado garantiza una despedida digna y respetuosa, evitando en lo posible la pérdida de calor y asegurando la integridad del procedimiento.

Una de las razones detrás de esta creciente aceptación radica en la apertura de opciones respecto al destino de las cenizas cremadas, lo que permite a las personas y sus seres queridos tomar decisiones finales que reflejen sus creencias culturales y religiosas.

Sin embargo, la adopción de la cremación varía según las creencias religiosas. Por ejemplo, mientras que el hinduismo y el budismo han practicado durante mucho tiempo la cremación como una forma de despedir a los fallecidos, otras religiones como el judaísmo, el islam y el cristianismo han mantenido tradiciones que históricamente desaprueban esta práctica, aunque en la actualidad se observa una mayor flexibilidad en algunas corrientes dentro de estas religiones.

Es importante destacar que, incluso dentro de las religiones que tradicionalmente han prohibido la cremación, como el cristianismo, se observa una evolución de las actitudes, con muchas iglesias permitiendo ahora la cremación y proporcionando opciones como columbarios para el entierro de las cenizas.

Este cambio en la percepción hacia la cremación refleja una mayor apertura y respeto hacia la diversidad cultural y religiosa en la sociedad contemporánea, donde las decisiones finales sobre el destino de los restos humanos son guiadas por las creencias individuales y los deseos personales.